Thomas Alva Edison fue sin duda uno de los más importantes inventores y personajes de la historia, pues gracias a su ingenio, perseverancia y disciplina, todos disfrutamos hoy de una vida más cómoda y mejor.
El inventor entre otras genialidades del fonógrafo y de la bombilla incandescente, que permitió erradicar para siempre al fuego como método único de iluminación, nació en 1847 en la localidad estadounidense de Milan, estado de Ohio, y apenas asistió a la escuela, pues fue considerado como «poco apto» por sus maestros, lo que hizo que su madre se encargara inicialmente de su educación. A los 12 años ya comenzó a trabajar y en 1862 se empleó como telegrafista, sector en el que comenzó a planear e introducir sus creaciones.
En 1868 decidió dedicarse de forma íntegra a la invención, y durante toda su vida consiguió la asombrosa proeza de patentar un total de 1093 creaciones, algo que nadie ha logrado superar hasta nuestros días. Entre estas invenciones se encuentran nada menos que el fonógrafo, que permitió por primera vez la grabación y reproducción posterior de la voz humana o de cualquier sonido, así como la bombilla incandescente y el generador eléctrico necesario para alimentarla. También mejoró muchos otros inventos de otras personas, como por ejemplo el teléfono.
De su prodigiosa mente es lógico que surgieran muchas frases de gran valía, y a continuación os reproducimos sólo algunas de ellas, prueba inequívoca del talento y genialidad de un hombre fuera de lo común al que todos debemos el origen de muchas de las comodidades que hoy disfrutamos.
– El genio es uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración.
– El descontento es la primera necesidad del progreso.
– Nunca hice nada por casualidad, ni ninguno de mis inventos llegaron por accidente; llegaron por el trabajo.
– El cinco por ciento de la gente piensa; el diez por ciento de la gente piensa que piensa; y el otro el ochenta y cinco por ciento prefería morir antes que pensar.
– El primer requisito para el éxito es la capacidad de aplicar tus energías físicas y mentales a un problema, sin cesar y sin cansarse.
– Como una cura para la preocupación, el trabajo es mejor que el whisky.
– La madurez es a menudo más absurda que la juventud y con mucha frecuencia es más injusta a la juventud.
– Nuestra mayor debilidad radica en renunciar. La forma más segura de tener éxito es siempre intentarlo una vez más.
– Si hiciéramos todas las cosas de las que somos capaces , literalmente nos sorprenderíamos a nosotros mismos.
– Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito.