Dada la importancia que tiene hoy en día la conservación de la energía, y conseguir también que esta sea además lo más limpia posible, es lógico que cada vez existan más personas y asociaciones de diversa índole que se agrupan para formar lo que se denomina una comunidad energética.
El objetivo de estas comunidades energéticas es invertir de forma común en instalaciones que les proporcionarán una energía limpia y más económica, generando así un beneficio económico y también social. Una vez obtienen la energía que buscan, podrán auto consumirla, almacenarla, compartirla y también venderla, creando numerosos beneficios para todos sus integrantes.
Participar en una comunidad energética es sin duda una gran opción para las familias que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad, pues siendo integrantes de ellas, pueden dejar de ser dependientes de las grandes compañías eléctricas, lo que redunda después en una mayor competitividad en el sector energético y, en consecuencia, una bajada de los precios de la energía.
Pero, además del importante ahorro económico que están consiguen para todos sus miembros, las comunidades energéticas consiguen otro beneficio fundamental: la conservación del medio ambiente, ya que el impacto medioambiental por el uso de la energía se reduce de forma notable. Y no solo esto, sino que también, con el empoderamiento que otorgan a sus integrantes, se genera también nuevo empleo local y un tejido comunitario de reinversión de los beneficios conseguidos con ellas.
¿Cuál es el marco regulador para las comunidades energéticas?
La normativa europea establece dos conceptos en relación a las comunidades energéticas:
- Comunidad Ciudadana de Energía, CCE (Directiva UE 2019 / 944, sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad, Art. 16)
- Comunidad de Energía Renovable, CER (Directiva UE 2018 / 2001, fomento uso de energía procedente de fuentes renovables, Art. 22)
En el marco jurídico español, en el Real Decreto-ley 23/2020, de 23 de junio, por el que se aprueban medidas en materia de energía y en otros ámbitos para la reactivación económica, mediante la modificación de varios artículos de la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico, se establecen las Comunidades de Energías Renovables como “entidades jurídicas basadas en la participación abierta y voluntaria, autónomas y efectivamente controladas por socios o miembros que están situados en las proximidades de los proyectos de energías renovables que sean propiedad de dichas entidades jurídicas y que estas hayan desarrollado, cuyos socios o miembros sean personas físicas, pymes o autoridades locales, incluidos los municipios y cuya finalidad primordial sea proporcionar beneficios medioambientales, económicos o sociales a sus socios o miembros o a las zonas locales donde operan, en lugar de ganancias financieras.”
Por tanto, estas comunidades pueden constituirse para participar en instalaciones de cualquier vector energético, pero siempre y cuando este sea renovable.
Actividades principales que permiten y desarrollan
- Generar energía procedente de fuentes renovables.
- Prestar servicios de eficiencia energética.
- Suministrar, consumir, agregar y almacenar energía, así como también poder distribuirla.
- Prestar servicios de recarga para los vehículos eléctricos y otros servicios energéticos.
¿Qué ventajas aportan las comunidades energéticas?
- Prestan un acceso más justo y sencillo a los recursos locales de energía renovable y también otros servicios energéticos y de movilidad, pudiendo además beneficiarse de inversiones sobre ellos.
- Los integrantes de la comunidad y demás usuarios, podrán controlar mejor la energía que consumen y su auto-provisión, con los beneficios que esto otorga.
- Generan diversas oportunidades de inversión para los ciudadanos y los negocios e industrias de la zona.
- Permiten crear ingresos nuevos que se reinvierten en la propia comunidad, haciendo también que las energías renovables tengan una mayor aceptación en toda su zona de influencia.
- Permiten la integración de las energías renovables, mediante la gestión de la demanda.
- Logran significativos beneficios ambientales, ayudando con ello a la mejor conservación del medio ambiente.
- Consiguen numerosos beneficios sociales, generando oportunidades de empleo nuevas y un mejor reparto de la riqueza y los recursos en la comunidad.
Las comunidades energéticas deben basarse siempre en una participación abierta y no discriminatoria, con lo que cualquier persona física o jurídica que desee formar parte de ella, tiene el derecho de poder hacerlo.
Además, su control debe ser ejercido por los propios integrantes, sean ciudadanos o pymes, así como por las autoridades locales en donde se constituyan.
Los integrantes ejercen todo el control
En las comunidades energéticas, los propios miembros que las forman son los que participan en la planificación e implementación de todas las medidas que llevarán a cabo después.
Esto les da el completo control sobre la producción, el consumo y también la comercialización de la energía que obtienen con sus instalaciones, que puede ser eléctrica, térmica, mecánica o combustible, así como en el desarrollo de las diversas medidas de eficiencia energética o de movilidad sostenible.
Además, pueden utilizar todos los recursos locales de los que que puedan disponer (como energía eólica, solar, biomasa, etc.). Y con esto consiguen ser más autónomos todavía y disminuir aún más cualquier dependencia de energía externa.
Gracias a su constitución, las comunidades energéticas promueven el ahorro energético y contribuyen grandemente al desarrollo de la generación distribuida, logrando reducir significativamente la dependencia energética, pudiendo con ello cumplir los objetivos energéticos y medioambientales establecidos con el objetivo de reducir el impacto medioambiental.
Sin duda, una gran cantidad de ventajas y beneficios, a todos los niveles.
Grandes aliadas del cuidado medioambiental
El problema de la dependencia energética es muy importante, pues en nuestro país es en la actualidad de casi el 70%. Además de esto, es muy importante poder cumplir con el objetivo de reducción de las emisiones y la sustitución de las energías tradicionales por las renovables. Este objetivo se ha marcado para el año 2030.
Las comunidades energéticas cobran aquí una gran importancia, pues ayudan a que el necesario proceso de transición energética en nuestro país y demás países del mundo se pueda lograr de mejor manera.
Las comunidades energéticas proporcionan muchos beneficios
Sin duda alguna, las comunidades energéticas consiguen múltiples beneficios, que van mucho más allá de sus mismos integrantes. Pues suponen una alternativa limpia, segura, autóctona y cada vez más rentable, contribuyendo de forma muy importante a la reducción de emisiones de gases contaminantes y todo el impacto negativo consecuente del cambio climático.
Si deseas que te informemos con más detalle de las comunidades energéticas, no dudes en contactarnos y con mucho gusto te explicaremos todos los detalles para que, de quererlo, también vosotros podáis constituir y beneficiaros de vuestra comunidad energética.
